
A mí sin embargo, me gusta esperarme a que todo esté un poco más tranquilo y que las ofertas sean aún mayores aunque eso signifique arriesgarme a no encontrar mi talla. De cualquier forma, una vuelta por el centro comercial no puede hacer daño a nadie ¿o si?
El aumento sobre el consumismo que se produce en estas fechas puede afectar los niveles de estrés tanto de los compradores como de los vendedores e incluso impulsarlos a tomar decisiones de compra de las que luego se arrepienten, por ello en unos centros comerciales británicos se ha creado una 'Sala del silencio'.



Sin duda alguna se trata de una idea excelente porque hasta yo admito que en ocasiones tanto marketing y tanta bombardeo de las marcas llegan a saturar al consumidor, especialmente en centros o calles comerciales donde estamos expuestos a recibir estímulos de forma incontrolada. Todos quieren vender, pero esto no debe convertirse en una guerra pues la víctima es el consumidor, el cual debería tener siempre el derecho a evadirse de tanto elemento comercial.
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