Ahora el Cronut pasa a ser un producto más dentro de esa deliciosa y tentativa gama de productos de repostería. Un pequeño pastel que han inventado en Nueva York, en la pastelería Dominique Ansel. Se realiza con la masa del croissant: una vez ha fermentada, se fríe, se rebozan con azúcar y se rellenan con vainilla. Para terminar se le añade un delicioso glaseado.
La unidad cuesta 5 dólares (aproximadamente 4 Euros), un precio caro que no ha frenado a los consumidores, pues en esta pastelerías hay personas haciendo cola desde las 7 de la mañana solo para conseguir un Cronut.
Parece mentira como un producto de repostería tan aparentemente sencillo haya logrado dicho éxito en Nueva York, sin embargo hay motivos para su triunfo: la novedad del pastel ha generado mucha curiosidad, a esto se añade la poca competencia que caracteriza a la introducción de un producto novedoso, además ha ayudado inmensamente la propagación por las redes sociales que han hecho los afortunados cuyos paladares ya han degustado este medio croissant, medio donut.
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