Es cierto que eso no significa que no respetemos a estas personas, pero ¿hasta que punto podemos fingir que de verdad nos importan todas esas personas pobres si a la hora de la verdad, pudiendo colaborar no ayudamos a nadie?
Una campaña muy impactante ha demostrado lo mucho que nos gustan las buenas morales pero lo poco que de verdad nos importa dar lo mejor de nosotros para ayudar. Splash Pilion, una organización cuyo objetivo es el de mejorar la situación de las personas sin techo en Reino Unido lo ha demostrado con una sencilla idea.
La idea ha consistido en vestir a una persona con un mensaje que decía: "Ayuden a los pobres" y otro que decía: "Qué le den a los pobres" (dicho finamente). ¿Cuál creéis que ha recibido más atención? Por supuesto, el segundo a levantado gritos de indignación y cabreo. Ha sido un cartel que no ha dejado indiferente a nadie y que ha demostrado como a la gente de verdad le importa el respeto que se les tenga a estas personas.Eso sí, con el cartel de "Ayuden a los pobres" la gente se hacía la tonta y pasaba como si no hubiesen visto ni escuchado a nadie... ¿El lema de la organización para la campaña? “Sabemos se preocupa. Por favor, preocúpese lo suficiente para dar”.
Con esto y con el vídeo, queda todo dicho.
El problema viene cuando no tenemos ni para nosotros mismos. A mi personalmente me pasa que me cruzo por la calle con gente pidiendo y me encantaría poder ofrecerles un trabajo o algo de ayuda, pero si no lo tengo yo y ya me las veo mal para llegar a fin de mes, sumándole la incertidumbre de que no sé que será de mi futuro tal y como se ve el percal, pues como que no me apetece mirar al pobre y decirle "tío, si yo estoy igual de jodido" y prefiero seguir sin mirar sabiendo que no puedo hacer.
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