Para promocionar el vídeojuego Watch Dog, trataron de simular lo que se puede realizar en el mismo juego con personas normales en la vida real, más específicamente en una calle de Los Angeles a través de una broma con cámara oculta.
Lo que hicieron fue poner una señal de se arreglan móviles junto a una tienda donde un amable dependiente, se llevaba el móvil de los clientes que querían arreglarlo y decía haberles descargado una aplicación especial capaz de jugar con las luces, con los cajeros automáticos, los coches e incluso los semáforos.
Probando está aplicación especial, suceden eventos como que un cajero automático empieza a lanzar billetes o un semáforo deja de funcionar y se produce un accidente de coches. Entonces la policía llega y tanto ellos como el dependiente culpan al inocente cliente que solo quería que su móvil fuese arreglado de hackear el sistema.
Al final se demuestra que es tan solo una simpática broma a pesar del susto que se llevan los protagonistas. Un vídeo que se está haciendo viral gracias al mensaje que lanza de que todas esas cosas se pueden hacer en el mismo vídeojuego.
Desde luego, no han escatimado en presupuesto para esta genial acción de marketing.
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