¡Ya están aquí las rebajas! Sí, sí, ahora es cuando la gente sale a las tiendas. Se ve mucho entusiasmo en las calles, ganas de comprar, ganas de consumir y sobre todo ganas de adquirir productos que creemos están a precio de ganga debido a sus descuentos.
A mí sin embargo, me gusta esperarme a que todo esté un poco más tranquilo y que las ofertas sean aún mayores aunque eso signifique arriesgarme a no encontrar mi talla. De cualquier forma, una vuelta por el centro comercial no puede hacer daño a nadie ¿o si?
El aumento sobre el consumismo que se produce en estas fechas puede afectar los niveles de estrés tanto de los compradores como de los vendedores e incluso impulsarlos a tomar decisiones de compra de las que luego se arrepienten, por ello en unos centros comerciales británicos se ha creado una 'Sala del silencio'.
Esta sala del silencio consiste en una habitación tranquila donde a los consumidores se les ofrecen unos auriculares para que se puedan aislar del bombardeo de las acciones de marketing de cada marca y del ajetreo, las prisas y el barullo que causa la gente.
Esta sala abrió el Viernes 11 de Enero en los Almacenes Selfridges (considerados mejores almacenes del mundo). La sala sin embargo, no es una novedad pues ya en 1909 el americano Harry Gordon Selfridge creó una habitación con los mismos propósitos pero que cerró hace años.
Sin duda alguna se trata de una idea excelente porque hasta yo admito que en ocasiones tanto marketing y tanta bombardeo de las marcas llegan a saturar al consumidor, especialmente en centros o calles comerciales donde estamos expuestos a recibir estímulos de forma incontrolada. Todos quieren vender, pero esto no debe convertirse en una guerra pues la víctima es el consumidor, el cual debería tener siempre el derecho a evadirse de tanto elemento comercial.
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