En el fondo la Iglesia es como un negocio y no usa menos marketing que otras empresas comerciales; la Iglesia dice ser una comunidad de personas pero todos sabemos que es más bien una institución que en mi opinión más que riqueza (que también) busca poder y muchas veces recurre a la manipulación para lograr sus objetivos, como el de atraer a seguidores.
Desde la Iglesia se critica constantemente el consumismo o las técnicas comerciales, pero también ellos las practican y es cierto que realizan obras de caridad y que no todos los que conforman esta burocracia se dejan llevar por sus normas, normas que en una gran cantidad de ocasiones resultan hipócritas, pues todos hemos oído y escuchado historias en la que esta institución viola sus propios mandamientos.
De cualquier forma, la Iglesia y sus pastores tienen que buscar la forma de continuar con su actividad y han reconocido la necesidad de modernizarse para poder adaptarse a los tiempos que corren. De esta forma, la Iglesia ha aprovechado la oportunidad que supone tanto Internet como las redes sociales para expandir el mensaje de Dios.
Un método poco convencional y que en Estados Unidos sería menos sorprendente ya que los servicios ceremoniales allí suelen ir acompañados de herramientas tecnológicas como pantallas, power points, vídeos multimedia... Pero lo que resulta curioso es que la idea de crear una página Web con soporte en las redes sociales: www.curasonline.com haya surgido de 5 sacerdotes, 3 de ellos andaluces.
Centenares de curas, decenas de obispos e incluso cardenales se encargan de mantener la cuenta de Twitter y las demás redes activas, tratando de evangelizar y dispuestos a responder a cualquier comentario o consulta que los usuarios quieran realizar: "No queremos solo que la gente venga a nuestras iglesias. Queremos salir de las propias iglesias y llegar a personas que de otro modo sería imposible. Queremos hacer misión".
El pasado mes de Diciembre ya se lanzó incluso una cuenta en varios idiomas para el Papa como no podía ser de otra forma, una cuenta que imagino quedará ahora inactiva pero que demuestra hasta que punto la Iglesia también sufre la necesidad de adaptarse para transmitir su mensaje lo cual no me parece que esté mal hecho, ya que como he dicho antes si una organización quiere sobrevivir debe innovar.
Desde aquí quiero aclarar que respeto todas las religiones y todas las organizaciones, aunque no crea en ellas. No niego la existencia de un Dios o de una fuerza externa porque a todos o a la mayoría nos gusta creer que hay algo ahí fuera, al menos de esa forma nos esforzamos por ser mejores personas, por evitar hacer mal, pero desde luego creo que estas instituciones buscan un beneficio y provecho propio, como cualquier otra empresa. Pero de nuevo, respeto a todas las personas que deciden unirse a esta comunidad.
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