En esta ocasión, la idea promocional se ha dirigido al mercado chino a través de un concepto capaz de generar mucha curiosidad y mucho tráfico: el porno. Para su acción contaron con la rapera Brooke Candy y la modelo Tessa Kuragi que posaron de forma sensual para la cámara.
De esta forma, se crearon tanto vídeos como imágenes que mostraban las facetas más eróticas de ambas, eso sí, llevando complementos de la marca como zapatos y bolsos. Este material multimedia fue subido a la red camuflado para evitar la censura china.
Además de ser camuflado, la agencia que se encargó de subirlo, sabían muy bien como las personas que buscan porno lo encuentran y supieron encriptarlo de tal modo que pareciera porno (para atraer a los usuarios) aunque después de todo no era contenido porno.
Es así que consiguieron atraer a miles de usuarios a ver el vídeo y a compartirlo, entre ellos una persona de gran influencia. Gracias a esta técnica, lograron más de 200.000 comentarios y un tráfico muy potente, y es que en este caso supieron engañar al público para vender una campaña que tan solo trataba de crear una identidad de marca un tanto confusa y vender complementos.
La verdad es que a pesar de ser todo un éxito y una genialidad, a mí no me ha gustado mucho... Digamos que prefiero que el marketing y la publicidad triunfen por su propio pie sin necesidad de polémica.
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