Sin embargo,
todo está en nuestra mente. Es una obsesión que nos creamos nosotros a nosotros
mismos, ya sea por la presión social o por las ganas de vernos de bien. De
cualquier forma, hay que ser realistas y trabajar el físico pero acorde a las
necesidades de cada uno y sin obsesionarse.
Estos
opiniones que yo he dejado aquí, quedan muy bien argumentadas en un sencillo
vídeo, en el cual se muestra el trasero de una mujer a lo largo de sus eventos,
como trabaja para intentar mantenerse lo mejor posible. El mensaje final es
claro: “no tenía nada que ver con mi cabeza, y tenía todo que ver con mi
cerebro”.
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