Coca-Cola y Pepsi. Estas dos compañías, grandes rivales en el mercado, tienen un dilema. Y es que deben decidir entre si poner unas etiquetas en sus más populares refrescos, en las que se advierta de la posibilidad de riesgo de cáncer causado debido a su consumo (más o menos como las cajetillas de tabaco) o cambiar y reinventar sus fórmulas de forma que no haya amenazas o riesgos en sus ingredientes.
Estas son las opciones que las leyes de California, han ofrecido a las dos multinacionales, tras difundir que uno de los colorantes de las bebidas, el que les proporciona ese color acaramelado, es considerado una sustancia cancerígena.
Las marcas no se lo han pensado dos veces y en el estado Norteamericano, ya han corregido sus recetas; modificaciones que se extenderán poco a poco, pues imaginaos las consecuencias tan negativas que tendría un mensaje de advertencia tan serio como ese en estas bebidas. Las más populares del mercado.
Y es que, en muchas ocasianes, son las madres quienes compran los refrescos para sus hijos o para las fiestas de éstos. De todas formas, muchas madres ya se mostraban escépticas a que sus niños consumieran los refrescos de ambas marcas debido a sus altos contenidos en azúcares y cafeína. Mi madre entre ellas, sigue sin ser fan de estos mismos productos.
Si ahora, sacan esta bomba, un sector del mercado podría perderse completamente, aunque se consumirían otros refrescos como Fanta o Aquarius, que también pertenecen al grupo Coca-Cola. El problema es que la fama de su bebida más popular, disminuiría en una proporción considerable, por no hablar de como afectaría a PepsiCo, en el mercado de las bebidas.
Liketing Picture |
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De cualquier forma, como decía, las nuevas fórmulas ya se están poniendo en práctica a pesar, de que desde Coca-Cola no han tardado en declarar que no creen que haya riesgos científicamente fundamentados.
¿Hay riesgos? Bueno, se han hecho pruebas con roedores y parece que la conclusión y la medida impuesta a estas empresas, es un poco exagerada, pues sería necesario beber más de 1.000 latas de cualquiera de estas bebidas al día, para llegar a la dosis que desencadenaría ese riesgo de cáncer. Vamos, una barbaridad.
Pero lo que si se asegura es que las dosis utilizadas de este colorante, exceden muy por encima el límite establecido por las leyes de consumo. En mi opinión, la solución más rentable para ambas marcas, sería o bien disminuir las dosis, hasta una proporción aceptable o en lugar de eso, eliminar el colorante, que no creo, cause ninguna modificación en el sabor.
El color caramelo característico de la bebida |
Sí, es cierto que después de todo, el color caramelo es una seña de identidad de este producto y quizás, al principio pueda parecer raro entre los consumidores pero con ciertos esfuerzos en comunicación, publicidad y marketing, se podría superar perfectamente y...¿no sería mejor eso a tener asociaciones con medidas extremas persiguiéndote los talones?
Buen artículo; la solución parece bien simple y lógica como tú bien has dicho, y dado que los colorantes no afectan al sabor; pero el color es lo que más atrae a los consumidores, con lo cual el cambio de receta es normal y hemos de suponer que el objetivo será que no cambie para nada el sabor especialmente.
ResponderEliminarEfectivamente, como tú bien dices la solución es simple, además desde Coca-Cola se pusieron en contacto y me mandaron un sitio web donde explican que las sospechas sobre este colorante no están totalmente fundamentadas y es que después de todo, nadie bebe 1000 latas de Coca-Cola al día.
ResponderEliminarDe cualquier forma, por lo que leí, Coca-Cola se ha puesto en contacto con el proveedor de este colorante para ver si su composición puede ser modificada de manera que sea aceptado por las leyes de California.
¡Muchas gracias por tu comentario!