jueves, 12 de julio de 2012

¿Serán los libros el nuevo soporte para la publicidad?

Hasta ahora la publicidad, a través de anuncios, se ha apoderado y está presente en casi todos los elementos de entretenimiento que componen nuestra rutina diaria: televisión, radio, revistas... pero hay un campo que aún no ha conquistado: los libros.


Nunca he leído un libro que contenga anuncios o publicidad. Tan solo aparecen en esas últimas páginas algunas recomendaciones de libros del estilo al que acabas de leer o del mismo autor, pero nada acerca de otros productos.


Los libros, incluso los ebook son un terreno virgen para la publicidad. No creo que los autores se sintieran muy contentos al ver publicidad o anuncios en sus obras, sin embargo, quizás se sintieran incluso peor si por falta de fondos se les denegase la publicación de ese trabajo escrito.


Cada día me doy más cuenta de lo mal que está la cosa para los libros, no solo se trata de la popularidad de los ebook o libros electrónicos, tampoco hablo del problema de la piratería. El hecho de que haya libros de segunda mano tan baratos en páginas Web como Amazon, también dificulta la venta de nuevas copias.
Las editoriales por tanto, no se quieren arriesgar a imprimir o a publicar y la verdad tienen motivos para sentirse de esta forma.


Es por ello, que en China ya se han comenzado a utilizar libros como soportes publicitarios. El primer caso, fue el del libro "Mi hijo, Yo-Yo" en Marzo, una obra que anunciaba unos almacenes chinos por debajo del texto promocional de la editorial.


Se trata de una acción que dejará de ser extraña en este país, ya que la Asociación de Editores de China ha firmado un acuerdo con una agencia de publicidad para que se puedan poner anuncios en las cubiertas de los libros.


Las exigencias para este modo de promoción son: que los productos o servicios que se quieran anunciar estén relacionados con el contenido o la temática del libro y que no se expongan precios ni productos concretos, tan solo logos o eslóganes.
El beneficio para los anunciantes es que solo pagarían por cada libro que la editorial vendiese.


Por supuesto y a pesar de lo sutil que parece esta publicidad, en España muchos escritores ya han mostrado su desacuerdo, no solo porque no quieran ver publicidad en sus libros, también porque no creen que sea el soporte más adecuado para promocionar.


Los que defienden esta forma de hacer marketing, alegan que facilitaría mucho los procesos de publicación (mejor eso que nada), que éstos serían más baratos (a veces incluso gratuitos), que se podría hacer de una forma tan simple como es el "product-placement": su amigo bebió un sorbo de su Coca-Cola y a continuación le respondió ...  y que sería un buen soporte, porque cuando el lector está leyendo, tiene todos sus sentidos puestos en el libro.


No obstante, es algo que yo no acabo de ver..  Los libros y la literatura en general son algo clásico y puro, inviscuirlo junto con anuncios publicitarios podría significar la alteración del mensaje, una distracción Me convence algo más el Product Placement, pero no imágenes insertadas en las portadas o entre las páginas, productos o servicios fuera de contexto.
Aunque desde luego, los que tienen que estar de acuerdo al fin y al cabo, son los autores pues son sus obras las que están en juego.

1 comentario:

  1. Entiendo que pueda abaratar el coste de publicación, pero como lector no me gusta nada la idea. Creo que pueden lograr el efecto contrario con esa publicidad, al sentirnos molestos al encontrarla.

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