domingo, 16 de diciembre de 2012

Aprender a dar es aprender a recibir también en el mundo de los negocios.

Muchas marcas utilizan la polémica para crear ruido, para que se hable de ellas, no importa si es para bien o para mal y es que solo quieren buscar la fama y una vía de comunicación fácil, sin tener en cuenta que la gente se puede sentir ofendida o que la acción está fuera de lugar.

La polémica puede traer muchos beneficios, cierto, y es por ello que se realiza tantas veces de forma intencionada, no obstante, el marketing solidario también se tiene en cuenta y las buenas acciones sociales por parte de las empresas suelen ir acompañadas de excelentes opiniones y de una satisfacción añadida para el cliente.

Mucha gente se pregunta si los directores de empresas o los mismos empleados tienen sentimientos, si hay algo que les pueda interesar más que generar beneficios o por el contrario solo se preocupan por las cifras del negocio.

Pues bien, como está al caer la Navidad y con ello las buenas acciones, cito un caso específico y ejemplar de Panera Bread, una cadena estadounidense de comida rápida especializada en repostería.

Los protagonistas de la historia son un joven llamado Brandon Cook y su abuela que se encontraba muy enferma de cáncer en el hospital. La anciana se quejaba de que la sopa del hospital estaba incomible y que desearía con todas sus fuerzas poder tomar una de las famosas y exquisitas sopas de marisco del restaurante Panera Bread.

Por norma general, Panera Bread solo sirve esta sopa los viernes, no obstante, Brandon se encargó de hablar con la encargada del restaurante más cercano para contarle la situación y los trabajadores conmovidos, no solo le prepararon la sopa sino que también incluyeron unas galletas 'cookies' de regalo.

Agradecidos, tanto Brandon como su madre lo comunicaron a través de Facebook y como la dinamita que pueden llegar a ser las redes sociales, la noticia se disparó al mismo tiempo que aumentaron los fans en la página de esta empresa.

Sin duda, muchas veces un pequeño detalle o un gesto de amabilidad te puede dar mucho más de lo que te puede aportar la venta de tu producto más caro. Si se tienen los recursos para ayudar ¿por qué no hacerlo? Desde luego, más empresas deberían tomar nota y deberían saber tanto dar como recibir.

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