Tu supermercado de confianza se maquilla. Bienvenido a Mercadona.

¡Qué buena impresión! La iluminación de los pasillos, los productos en los estantes, la sección de perfumería y belleza, la música...e incluso la melodía de "Mercadona, mercadona" invitando a cantar. Ahora son los empleados los que también causan una magnífica impresión.


 Esta es la nueva iniciativa que la cadena de supermercados de Juan Roig ha decidido llevar a cabo, se trata de dar una buena imagen al público y para ello se ha decidido que las empleadas deben maquillarse para ir a trabajar aunque sin pasarse y los hombres deben afeitarse o llevar una barba bien cuidada, que cause buena impresión.

Trabajadora en Mercadona. 

La imagen vende, y Juan Roig está al tanto de esto, es por eso que a partir de ahora cuando vayamos de compras al Mercadona podremos ver al personal bien arreglado y cuidado. Estos supermercados ganarán en imagen e incluso parecerán supermercados de una gama más alta, amenazando al Corte Inglés. Los precios no cambian, la calidad y los productos tampoco pero aún así probablemente atraerá a personas más sofisticadas. Creando un ambiente más cómodo y ampliando sus posibilidades.
Si te ves bien te ven bien, ese es el objetivo de esta nueva medida. 


Esta cadena de supermercados ha sido denominada como "la excepción de la economía española" por el noticiero "the economist" y además se ha transformado en un caso de estudio en la famosa universidad de Harvard. Y es que ¡menuda política de empresa tiene Mercadona! En 2010 las ventas aumentaron, al igual que la productividad, la plantilla y el sueldo de los empleados, algo inimaginable en estos tiempos de crisis.


El secreto de Mercadona está en la calidad, se basa en un modelo de Gestión de Calidad Total (GCT) en el cual se controla cada fase del proceso de producción, desde las materias primas hasta su llegada a los puntos de venta. Sin embargo, el centro de atención y preocupación es el cliente, al que incluso denominan "El jefe".
Digamos que Mercadona dispone de una estructura piramidal en cuanto a valores: El más importante en la cúspide es el cliente o consumidor, a continuación viene el trabajador que también dispone de muchas ventajas, a estos les siguen los proveedores con los que es muy importante mantener buenas relaciones. Y finalmente la sociedad y el capital completan la pirámide.

Modelo de valores Mercadona.

Lo principal es ofrecer al cliente siempre precios bajos (SPB) y mantenerlo satisfecho para que repita su compra en los establecimientos de esta cadena, pero a los trabajadores también se les cuida. Se les ofrecen incentivos y contratos estables. Se conceden 6 meses de baja por maternidad y de esta forma, facilitan la conciliación del trabajo con la vida familiar. Se abona el 100% del salario en caso de incapacidad laboral y otras medidas que han conseguido crear un entorno entre los trabajadores cálido y acogedor, que disminuye el absentismo y consigue un ambiente de motivación  y comodidad a la hora de trabajo,  ambiente que se transmite a los consumidores. 


En estos supermercados esta todo pensado, todo tiene un motivo. Dos entradas siempre, una en cada extremo de la tienda para que no te quede otro remedio que recorrerte la tienda en busca del producto que necesitas, paquetes coloridos a la altura de la vista para que te llamen la atención. Los productos de necesidad en medio del supermercado para que entres por la puerta que entres pases por más pasillos. La charcutería en un extremo y la pescadería en el otro. Las gominolas, chicles y golosinas que atraen a los niños y crean deseos momentáneos se encuentran en la caja para que mientras esperamos a que nos atiendan, se nos antojen. A la entrada y en estanterías podemos encontrar también carteles amarillos llamando con el rótulo "Le recomendamos" que te invitan a comprarlos.
Y no solo eso, la iluminación, la limpieza, la temperatura, la música y ahora los trabajadores crean un ambiente hogareño que te incita a comprar. De estas acciones deberían aprender supermercados como el "Día" cuyo servicio e imagen es pésimo a pesar, de los bajos precios que ofrecen.