No es el caso del director del grupo Virgin, Richard Brandon un hombre que no tiene miedo a hacer el ridículo, un director que se inmiscuye con todas las partes interesadas: consumidores, proveedores, empleados e incluso con sus competidores.
Eso sí, mezclarse con su competencia es lo que le ha metido en el último lío. Y ha hecho que este hombre de más de 60 años se vista, se maquille y trabaje como azafata femenina de vuelo en un trayecto desde Perth (Australia) a Kuala Lumpur (Malasia) que son unas 5 horas y media.
Porque se disfrazó Richard de azafata no es ningún misterio se debe a que perdió una apuesta con una de las aerolíneas con las que compite: Air Asia, ya que tanto el propietario de esta empresa asiática como Richard poseen un equipo de Fórmula 1, al final a este último le tocó perder.
Lo que parecía que iba a quedar como una simple y graciosa acción se tornó un acto benéfico por el cual se donaron 100 dólares australianos por billete vendido y el 10% de las ventas generadas durante el vuelo.
Actos como estos son los que diferencian a un jefe de un líder.
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