jueves, 8 de agosto de 2013

Bolsas de plástico que avergüenzan a quien las lleva para fomentar su desuso.

Hace unos años era habitual obtener bolsas de plástico en casi cualquier tienda y por cualquier compra. Resultaba muy útil pues las personas las acumulaban para darles otro uso, por ejemplo como substitutas de las bolsas de basura, mientras que a las empresas les servía como elemento de merchandising.
                                 
Sin embargo, este reparto ilimitado de bolsas da lugar a un gran problema que nada tiene que ver con la utilidad del mismo producto sino más bien con el efecto que éstas generan. El plástico con el que se fabrican las bolsas tiene nocivas consecuencias para el medio ambiente. De hecho, si alguna de estas bolsas queda libre en la calle no se desintegrará probablemente hasta pasados 150 años y con ella permanecerán sus efectos contaminantes.

Esta es la razón por la que la mayoría de los supermercados ya no regalan bolsas sino que las venden. Compañías de otros sectores también han comenzado a tomar conciencia y ponen a la venta bolsas de tela que pueden ser reutilizadas. Hay incluso quien decide premiar a los clientes que traen sus propias bolsas con pequeños descuentos.

La última medida y quizás las más innovadora ha sido la que ha realizado la agencia londinense Mother al crear una serie de bolsas amarillas cuyo diseño deja entrever sombras con siluetas de armas, productos sexuales o drogas. Esto son meros dibujos que nada tienen que ver con el contenido de la bolsa pero que hace que los portadores de las mismas se sientan avergonzados.

Hay cuatro diseños: el primero es el del “terrorista” que aparenta tener una granada y dinamita, el segundo pertenece al “adicto al sexo” que contiene juguetes eróticos, el tercero es el del “ladrón” con una pistola y un cuchillo. El último es el del “drogadicto”  con una jeringuilla.

 Con esta iniciativa Mother quiere que las personas dejen de utilizar bolsas de plástico, aunque no lo conseguirán sino convencen a todos los comercios de que usen sus diseños o sus ideas. De hecho, habrá a muchas personas a las cuales esto les parecerá divertido.


De cualquier forma, he de decir que es hora de tomar conciencia y de optar por la reutilización de bolsas. Un céntimo por bolsa no va a parar el excesivo consumo de bolsas, así pues, o se fomentan acciones que beneficien al consumidor por reutilizar y reciclar bolsas (descuentos, regalos, promociones…) o se debería aumentar el coste de las mismas e incluso hacerlas desaparecer (quien necesite una que se compre la de tela) pues por muy cómodo que sea su uso, sus consecuencias no merecen la pena.

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