domingo, 1 de septiembre de 2013

Taco Bell hace que sus clientes canadiense se traguen sus propias palabras.

El año pasado estando en Estados Unidos quedé alucinada al ver uno de los productos de la cadena de comida rápida Taco Bell. Se trataba de un taco al estilo texano, con los ingredientes típicos en el interior pero con una novedad: en lugar de estar en una tortilla mexicana, habían decidido incorporarlos en una especie de Dorito gigante.


A mí me pareció algo terriblemente ridículo, especialmente por la fama que ya tiene el restaurante de vender comida poco saludable, no obstante parece que esta serie de productos que se comercializan bajo el nombre de Doritos Locos Tacos (DLC) causó una gran expectación.

Tal fue así que cuando la cadena informó que solo se iban a vender en territorio estadounidense, los canadienses más aficionados a este restaurante invadieron la página Web de Twitter con críticas y exigencias. Querían tener este producto disponible en su país.


Taco Bell convirtió esta "amenaza" en una oportunidad, de forma que este año ha decidido crear una divertida campaña inspirada en estos insatisfechos clientes. A la campaña la han denominado: "Trágate tus palabras".

Se ha tratado de una interesante acción a través de la cual han invitado a los usuarios que se quejaron en Twitter a probar dichos tacos de forma exclusiva en uno de sus locales. Estos tacos eran aún más especiales pues cada uno tenía escrito un Tweet. Eran tacos personalizados con los Tweets de los usuarios a los que habían invitado.Una vez servidos, la cadena les invito a que probaran y se comieran ese taco de forma que se estuvieran tragando sus palabras.

Esta acción es sin duda alguna poco convencional pero no solo ha conseguido satisfacer a los clientes más impacientes, también ha logrado crear un vídeo que está teniendo un gran éxito mediático. En este pequeño vídeo, se muestran todo el proceso de como funcionó la campaña. La verdad es que a los clientes se les ve contentos y satisfechos, quizás para ellos esta sea la forma más deliciosa de tragarse sus propias palabras.






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