sábado, 19 de octubre de 2013

Estas Navidades será el consumidor catalán quien boicoteará a Freixenet.

Además de la crisis económica y financiera, en la actualidad España está lidiando con otro problema más interno: el sentimiento independentista en Cataluña. Se trata de un conflicto que lleva vigente décadas...o más bien siglos.


En ocasiones esta corriente o movimiento político llega a extremos, lo cual no solo afecta a los ciudadanos, sino que arrastra consecuencias en el consumo y en el mundo empresarial. Es el caso de Freixenet y su cava.

Las Navidades pasadas, muchos consumidores decidieron dejar de consumir cava de origen catalán, entre los que se encuentran las prestigiosas marcas: Freixenet y Codorniu. La causa de este boicot se debe principalmente a la rabia que despierta el sentimiento independentista catalán en esos consumidores que valoran y que se sienten orgullosos de España; muchos consideran que estas ganas de firmar un referéndum y dejar de ser parte de España es una ofensa.

Si Cataluña debería pertenecer a España o no es otro tema que prefiero no discutir aquí, aunque debo decir que este boicot benefició mucho al cava de mi tierra: Extremadura. Un producto que a veces es infravalorado a pesar de su calidad, aunque claro está, le falta mucha promoción.

El caso es que las ventas de Freixenet llevan cayendo durante años y ahora que las Navidades se acercan, es hora de recuperar público. Para lograr este objetivo, el presidente de la compañía ha hecho público el siguiente comentario: "Cataluña es una parte esencial de España y lo seguirá siendo."
Por supuesto esto no ha gustado a los más independentistas, que a través de las redes sociales han llamado al boicot contra un cava de su misma tierra. Uno de los mensajes (traducido del catalán) ha sido el siguiente: "A ver si a Freixenet le van a boicotear desde dentro de casa. El peor cava es el que llama más. #NoCompresFreixenet."


Desde luego, a pesar de que las intenciones de José Luis Bonet Ferrer eran buenas, le ha salido el tiro por la culata, ya que para empezar, los españoles que decidieron no comprar esta marca en años anteriores no van a volver solo por este mensaje (que es más bien una estrategia comercial), además de ello va a perder clientes de su lugar de origen.

La verdad es que en temas como este, hay que medir muy bien lo que se dice y como se dice, pues todos los comentarios tienen la capacidad de generar controversia, de crear enemistades y como es el caso, de acabar con la excelente reputación de una marca.



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