Está muy de moda echarse fotos a uno mismo para luego colgarlas en las redes sociales, ya sea con cara de chulo o lanzándole un beso a la cámara. Estas fotos que habitualmente nos echamos cuando nos sentimos bien pueden además ser una fuerte herramienta de marketing.
Muchas marcas saben que a los jóvenes les gusta presumir, les gusta que los demás nos vean bien y por ello invitan a dichos usuarios a que se hagan fotos con productos de la compañía y las compartan en Internet. Al hacer esto, no solo sus caras captan la atención, también las marcas.
Un ejemplo de ello es Microsoft cuando estaba promocionando la apertura de su tienda aquí en Jacksonville. Desde un escenario motivaban a los jóvenes a que se echaran fotos con objetos de la marca y que las pusieran en Twitter bajo un hashtag que ellos nombraron. Estas fotos además aparecían en una gran pantalla lo cual motivo a más y a más personas a enviar sus fotos.
Otras compañías también han aprovechado la misma estrategia como por ejemplo, la marca de batidos Jamba Juice, la cual motivó a los usuarios a que subieran sus fotos con alguno de los batidos para crear una nueva campaña de marketing. Los jóvenes ilusionados por ser parte de algo que podría distribuirse alrededor del mundo colaboraron sin pensárselo los veces.
A través de estas autofotos, las marcas consiguen realizar campañas de marketing que se extienden mediante el usuario, por lo que les sale barato, eficaz, y además consiguen que los consumidores se sientan identificados, generando lealtad y muy probablemente recomendaciones de unos a otros.
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