martes, 3 de diciembre de 2013

Una campaña terriblemente espeluznante para promocionar la película de la maldición de Chucky en Brasil.

Hay acciones de marketing que asustan al espectador de una forma divertida... Suele ser el caso de las cámaras ocultas. Son acciones en las que la víctima lo pasa mal unos segundos pero en seguida se da cuenta de que todo es una estratagema. No obstante, la de hoy es una broma fuerte.

Para promocionar la película de la maldición de Chucky en Brasil, decidieron disfrazar a una persona de Chucky. Con su ropa, su maquillaje e incluso un cuchillo de juguete. El conseguido fue muy bueno y la persona resultaba realmente aterradora.


El supuesto Chucky entonces, se escondía en un cartel publicitario que promocionaba la película, de forma que no se le podía ver. Este cartel estaba próximo a una parada de autobuses y cuando la gente esperaba por la noche, el cartel se encendía y se apagaba con una risa malvada como sonido de fondo.


Las personas que esperaban se empezaban a impacientar asustadas, pero lo peor es cuando el personaje decidía salir repentinamente con el cuchillo en la mano y perseguía a las víctimas que corrían despavoridas.

Debo reconocer que la idea es original, pero demasiado macabra. Yo jamás lo habría perdonado, para comenzar porque había niños que pueden haber quedado traumatizados y para continuar porque hay una carretera cercana y cualquier persona podría haber sido atropellada.


Muchos se ríen de esta broma pero estoy segura de que a ninguno le hubiese gustado estar en ese momento. Es una tensión que no se merece. Una persona se cae y otras lanzan sus objetos personales los cuales se pudieron romper. Esta acción en mi opinión sobrepasa los límites y sino vean.


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