Estos dos adjetivos son los que han llevado a Caine Monroy al éxito y bueno, muchos dirán "¡claro! Es fácil tener paciencia cuando solo se tienen 9 años" pero es este pequeño, no solo ha sacado el máximo provecho de su infantil imaginación sino que también ha sabido esperar sentado en una silla hasta que su primer cliente llegara.
Y es que mientras la mayoría de nosotros cuando teníamos su edad y llegaba el verano, solo pensábamos en pasarlo bien, salir con los amigos, bañarnos y veranear, él se propuso crear un salón de juegos recreativo con piezas de cartón, cinta adhesiva y todo los desechos de la tienda de repuestos para automóviles de su padre.
El chico lo cogió con ganas, creo su saloncito en el mismo local en el que su padre trabaja y todos los días se sentaba a esperar sin perder esa ilusión y esa mirada soñadora que caracteriza a los niños de su edad pero pronto se chocó con la realidad...nadie visitaba su "negocio".

Y ese momento fue el mismo día en que el primer cliente entró en su espacio de juegos, con la suerte de que no era una persona cualquiera, era el cineasta Nirvan Mullick, un joven que se entusiasmó con el trabajo y la perseverancia que desprendía el chiquillo.
Así pues, trató de ayudarle subiendo un cortometraje de 11 minutos, para dar a conocer al mundo lo que Caine había comenzado y además, después del éxito de esta producción que pronto consiguió más de 2 millones de visitas, habilitó una cuenta para que se hicieran donaciones destinadas a la educación de un niño, que muestra ya sus ganas de comerse el mundo; donaciones que a día de hoy superan los 150.000 dólares.
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Con Nirvan Mullick |
La parte del dinero que no se dirija a los futuros estudios de Caine, será recaudada y destinada a la creación y financiación de la fundación: "Caine's Arcade", que tiene el objetivo de descubrir pequeños talentos como él, fomentar este tipo de actividades y ayudarles a emprender.
Está claro, que la actitud de Caine era necesaria para llegar a su punto de éxito pero también debemos darle la importancia que se merece al cineasta Mullick puesto que sin él no habría logrado ni esa afluencia, ni todas las donaciones.
Esto nos enseña la lección de que además de virtudes y actitud, se necesita un medio para llegar a la fama o al menos para darse a conocer, en este caso una persona con influencias y presencia en las redes que le de un empujoncito a la creación en la que tú crees.
¿Queréis otro ejemplo? Pues yo me pregunto si la canción de Miguel Teló "Ai se eu te pego" hubiese llegado hasta donde ha llegado, especialmente en España, si no hubiese sido por Cristiano Ronaldo y sus bailes en el campo de juego. Un personaje de lo más influyente en la prensa española.